El cómo comienzan a dar sus frutos Las manos de Lola, es una historia sencilla, seguro que hay quienes se sientan identificadas, e identificados, pero para mí muy entrañable y cargada de valor sentimental.
Mi abuela Luisa fue la primera en poner en mis manos unas agujas de tejer, como le ocurre a tantas niñas. Me enseñó mis primeros puntos, a coger los hilos y lanas, y a que mis manitas se hicieran hábiles en estas artes. Y así, cada vez más mañosa, hice mis primeros "pinitos", por aquel entonces para vestir muñecas.
Otra de mis maestras fue mi tía Lolita, mi tocaya. No puedo evitar acordarme ahora cada vez que cojo las manos de mi sobrina Claudia para enseñarle, de cómo lo hacía ella conmigo. Me siento muy satisfecha de ser yo ahora la maestra, y de ver el entusiasmo en la pequeña cuando hace sus primeras cadenetas pulseras y abalorios...
Como os he comenzado diciendo es una historia sencilla, pero para mí, ¡ÚNICA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario